Adelaida Palacios
En el departamento de Chocó, especialmente en el municipio de Bojayá nació Adelaida, una gran mujer y madre empoderada, que con las riquezas de la selva y el campo renueva cada día sus ánimos por emprender y ayudar a muchos.
Siendo la tercera Adelaida de su familia, su nombre significa ‘de noble linaje’ y es una herencia viva de su abuela, llamándola también muchos de cariño ‘Yaya’. Yaya se caracteriza por sus capacidades, su nobleza y disposición de servicio con los demás. Como mujer Afro, aporta a su comunidad desde el trabajo constante, la perseverancia y el servicio hacia las causas nobles y comunes, también desde su ser polifacético y transformador del campo.
Heredó de sus padres el amor por el campo y sus oficios, construyendo a partir de allí sus recuerdos y vivencias. En la finca de ellos, situada en una tierra de ricas virtudes, desde hace mucho tiempo se produce uno de los más emblemáticos frutos de las tierras del pacífico: El Borojó. Naciendo la idea de su cultivo de la búsqueda de un producto resistente y adaptable con la tierra, de esta manera, el Borojó es un símbolo de referencia y unidad familiar, alrededor del cual todos se encuentran involucrados.
El emprendimiento ha llegado a su vida como un medio para su independencia económica y para su crecimiento personal, mantiéndose siempre presente el amor por la tierra y lo natural.
Gracias Adelaida, ‘Yaya’, por vivir este proceso y hacer parte de la Red de Mujeres Emprendedoras del Chocó.
María Luisa, mujer líder y perseverante, es una mujer que disfruta de lo que hace como si hubiese nacido para construir con la comunidad y darle voz a otras mujeres. Con su bondad y constancia ha permitido que muchas mujeres de la región se unan y construyan para ellas y para sus sueños.
María Encarnación e Isidro Matías trabajan duro y de forma resiliente, pero sobre todo, con amor. En Munguidó son un referente fuerte y de admiración por las acciones y labores que emprenden en el territorio para el bienestar colectivo.
Esta asosiación representa la fuerza de mujeres y hombres en el chocó que trabajan para el mejoramiento de su calidad de vida sin abandonar la bondad y la capacidad de trabajar con otros de manera resiliente a pesar de las dificultades que se presentan en la región